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miércoles, 23 de abril de 2014

Las uvas y la salud



La uva constituye uno de los tres pilares de la denominada "tríada mediterránea" y, por lo tanto, es un alimento básico de la dieta mediterránea conjuntamente con el trigo y el aceite de oliva. Y es que su cultivo se remonta a la antigüedad, unos tres mil años antes de Cristo, y fue posteriormente fomentado en la Península Ibérica, principalmente por los romanos. 

Existen más de tres mil variedades de uvas que se pueden dividir en dos grandes grupos. En primer lugar, tenemos las uvas de mesa que se consumen frescas o desecadas y que son más grandes, carnosas, y con diferentes colores: amarillas, verdes, granates o violetas. Por otro lado, están las uvas viníferas, que son en general más ácidas que las uvas de mesa. 

Las uvas frescas de temporada encuentran su mejor momento tanto en los meses de otoño como a principio de invierno y su sabor depende no solo de la variedad sino del tipo de suelo donde se cultiva. 

Texto completo en: 

miércoles, 9 de abril de 2014

Las enfermedades cardiovasculares: Una epidemia en curso


Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad alrededor del mundo, con una contribución del 36% al total de las muertes a nivel global, con más de diez y siete millones de defunciones por esta causa.

Se estima que este grupo de patologías  continuará siendo una de las primeras causas de muerte a nivel mundial en el año 2020, generando el  36% de las muertes en la población mundial, según estimaciones de la OMS.

Se entiende como factores de riesgo cardiovasculares a cambios fisiológicos y hábitos que se han adquirido a lo largo de la vida y que generan alteraciones en el organismo predisponiendo la aparición de enfermedades cardiovasculares en la población.

Se considera que estas enfermedades irán aumentando en más del 60% en América latina en el período comprendido entre el año 2000 y el 2020, si no se toman medidas preventivas individuales y acciones de salud pública de forma urgente.

De allí la posibilidad de trabajar en la promoción de estilos de vida saludables, prevención de hábitos no saludables, fortalecimiento de la actividad física y manejo de los factores psicosociales de riesgo.

martes, 8 de abril de 2014

Autocuidado en la persona mayor


El instinto de conservación es uno de los instintos más fuertes del hombre. El autocuidado se fundamenta en esta condición innata de los seres vivos, sin embargo, las acciones desarrolladas en forma consciente con el objetivo de cuidar la salud requieren del aprendizaje.

En esa línea, el autocuidado se enmarca en la cultura, estando determinado por los hábitos, las costumbres, las creencias, las tradiciones, las costumbres, las  creencias y los comportamientos habituales de la persona, la familia y la comunidad a la que pertenecen, así como las acciones y prácticas positivas de salud en torno a la adopción de estilos de vida saludables.

El concepto de autocuidado data de miles de años, en el año 44 A.C, en el "Diálogo sobre la Vejez", Cicerón hace referencia a la importancia del estilo de vida y la responsabilidad de cada individuo, aún en la vejez.

A través del tiempo, la preocupación por la salud y el autocuidado, ha tenido diferentes enfoques, derivadas de los modelos de salud predominantes, representando hoy en día una estrategia privilegiada por las instancias que establecen los lineamientos y la normativa que enmarcan la prestación de servicios de salud.

A partir de lo anterior, en los últimos años se han adoptado algunas alternativas al respecto:

1. Promover la responsabilidad del individuo en el cuidado de su estado de salud.

2. Integrar a la familia y a la comunidad en el cuidado de la salud personal.

3. Priorizar en las políticas públicas las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

4. Comprometer a los profesionales de la salud en el desarrollo de actividades de fomento de la salud.

lunes, 7 de abril de 2014

Dieta saludable en la persona mayor


Fuente: 

Hipertensión Arterial: Un enfoque de ciclo vital.
Capítulo Hipertensión Arterial en el Adulto Mayor
Juan Carlos Morales - Ruiz 

Algunas recomendaciones para garantizar una dieta saludable incluyen: 

§  Consumir lácteos descremados, los cuales mantienen las propiedades alimenticias de la leche pero, al tener cantidades muy pequeñas de crema, no provocan aumento del colesterol.

§  Privilegiar  el consumo de margarina (de origen vegetal) sobre el de manteca (de origen animal) y el de aceites vegetales (soya, girasol, canola).

§  Limitar el consumo de yema de huevo, rica en colesterol, especialmente en presencia de factores de riesgo cardiovascular y metabólico.

§  Restringir el consumo de carne roja a dos veces por semana, incluyendo carne magra que contiene menos grasa saturada y colesterol.

§  Evitar el consumo de la piel del pollo y la grasa visible acumulada en algunas de las partes del mismo.

§  Incrementar el consumo de pescado de mar, el cual contiene menos grasa que el pescado de río.

§  Disminuir o eliminar de la dieta los embutidos (salchichas, jamones, mortadela, entre otros) que contienen cantidades elevadas de colesterol y sal.

§  Incrementar el consumo de vegetales, incluyendo legumbres (soja, garbanzos, porotos, habas, lentejas, arvejas), fuente excelente de proteínas y verduras de hoja (lechuga, espinaca, berro, acelga), fuente de fibra y vitaminas.

§  Aumentar el consumo de frutas, crudas o cocidas, preferiblemente con cáscara, así como el de jugo o zumo de frutas, preparado al natural.

§  Moderar el consumo de dulces y harinas, conservando un aporte adecuado de los mismos de acuerdo con la condición individual de salud. Evitar el uso frecuente de gaseosas y bebidas carbonatadas artificiales.

§  Los condimentos naturales (albahaca, laurel, orégano, romero, perejil, salvia, pimentón y otros) pueden ser consumidos sin inconveniente.

§  Reducir la cantidad de sal o utilizar sal con bajo contenido de sodio.

lunes, 27 de enero de 2014

Recomedaciones para conservar la memoria




Entre las recomendaciones útiles para la conservación de la memoria a pesar del paso del tiempo, se incluyen:
 
·    Mantener una dieta balanceada.

·    Llevar a cabo algún tipo de actividad física durante al menos 30 minutos tres o cuatro veces por semana.

·    Evitar el consumo de tabaco.

·    Evitar y/o disminuir el consumo de alcohol.

·     Reducir el estrés.

·    Realizar algún tipo de actividad mental: memorización de información, lectura de cualquier tipo de textos, resolución de crucigramas, participación en grupos culturales.

·    Dormir entre seis y ocho horas diarias.

·    Fomentar el uso de la imaginación.

·    Meditar durante al menos quince minutos dos o tres veces por semana.

viernes, 24 de enero de 2014

Prevención de la Hipertensión: Disminuir la Sal



La disminución de la ingesta de sal en la población es la intervención de salud pública más costo-efectiva para reducir la hipertensión. La OPS/OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal - o 2.300 miligramos de sodio - al día, sin embargo, en las Américas el consumo de sal es el doble: casi 11 gramos en la mayoría de los países. 

Aunque en la preparación y al comer las personas agregan sal a las comidas, una gran parte del consumo de sodio proviene de los alimentos procesados, envasados y listos para consumir.  

Evitar este tipo de alimento, y privilegiar los naturales, frescos y los libres o bajos en sodio, es una de las principales recomendaciones para reducir el impacto de la sal en el organismo.

jueves, 23 de enero de 2014

Diez consejos para evitar la hipertensión arterial


 
Diez consejos para reducir el riesgo de hipertensión arterial y reducir las complicaciones de la enfermedad:
 

1. Reducir la ingesta de sal.

2. Disminuir el consumo de bebidas gaseosas.

3. Mantener una dieta equilibrada.

4. Reducir el consumo de grasas en la dieta.

5. Evitar el uso nocivo de alcohol

6. Practicar ejercicio con regularidad

7. Mantener un peso saludable

8. Evitar el consumo de tabaco.

9. Disminuir el estrés.

10.Cuidar la función del riñón.

miércoles, 15 de enero de 2014

Higiene del sueño



Diez consejos para el mantenimiento de buenos hábitos de sueño:

1.    Ir a dormir solo cuando se tiene sueño.
2.     Fijar la hora de dormir y despertar.
3.     Siestas que no sobrepasen 45 minutos de sueño al día.
4.     Evitar el consumo de alcohol 4 horas antes de acostarse.
5.     No ingerir cafeína 6 horas antes de acostarse.
6.     No ingerir comidas copiosas, picantes o muy dulces 4 horas antes de acostarse. Se acepta un refrigerio ligero antes de acostarse.
7.     Hacer ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de acostarse.
8.     Dormir en un lecho cómodo.
9.     Mantener buena temperatura y ventilación en el dormitorio.

10.   Bloquear ruidos y eliminar luces innecesarias en el dormitorio.

lunes, 13 de enero de 2014

Prevención de la Enfermedad


Las actividades de cuidado de la salud deben incluir la prevención, el tamizaje y el diagnóstico oportuno de las enfermedades de mayor prevalencia en cada etapa del ciclo vital.

Entre las condiciones que deben ser objeto de este tipo de acciones en personas mayores de sesenta años se encuentran:

1. Cáncer (mama, cuello uterino, estómago, colon y próstata).
2. Enfermedades infecciosas (influenza, infección por neumococo, difteria, tétanos).
3. Enfermedad cardiovascular y cerebrovascular.
4. Patologías neuropsiquiátricas (depresión, demencias, trastornos sicóticos).
5. Alteraciones endocrinológicas (diabetes mellitus, hipotiroidismo).
6. Trastornos visuales y auditivos.
7. Caídas.
8. Incontinencia urinaria y fecal.
9. Osteoporosis, osteoartrosis y otras condiciones articulares similares.
10. Alteraciones nutricionales.

De acuerdo con lo anterior, se recomienda llevar a cabo al menos una consulta médica de chequeo periódico de la condición de salud y el análisis de los factores de riesgo cada seis meses.

sábado, 11 de enero de 2014

La responsabilidad del cuidador


Los cuidados que se prestan a una persona en condición de dependencia varían de una situación a otra, dado que cada caso está enmarcado en un contexto diferente que está determinado por las características del paciente, la naturaleza de la enfermedad y el grado de dependencia.

No obstante lo anterior, existen algunas características comunes a la mayoría de las situaciones que requieren algún tipo de cuidado:

1. El cuidado de una persona dependiente requiere una dedicación elevada de tiempo y energía.

2. Habitualmente, las tareas realizadas por el cuidador no son sencillas ni agradables.

3. En términos generales, la necesidad de cuidado surge de forma imprevista y el cuidador no se encuentra preparado para tal efecto.

4. El cuidado de los pacientes crónicos aumenta la carga de la enfermedad física y psicológica en el cuidador.

5. En la mayor parte de los casos, el cuidador da más de lo que recibe.

Las tareas que desempeña un cuidador en ejercicio de esta función de apoyo, incluyen:

1. Apoyar las actividades de la vida diaria (comer, ir al baño, vestirse).

2. Apoyar las actividades instrumentales de la vida diaria (mantenimiento del hogar, visitas médicas, administración del dinero).

3. Ayudar al desplazamiento dentro y fuera del hogar.

4. Supervisar la administración de medicamentos.

5. Supervisar el cuidado de la salud.

6. Realizar pequeñas labores de enfermería (toma de tensión arterial, glucometría, curaciones).

jueves, 9 de enero de 2014

Diez precauciones en la toma de sus medicamentos


Diez precauciones en la toma de los medicamentos que pueden evitarle dolores de cabeza e incluso, complicaciones graves:

1. Guarde los medicamentos en sus envases originales, así evitará confundir unos medicamentos con otros de apariencia similar.
 
2. Nunca tome por su cuenta medicamentos que esté tomando otra persona, ya que no sabe si puede modificar la eficacia de su medicación, si la dosis es la adecuada o si puede ser alérgicos a ellos.
 
3. Asegúrese de ver correctamente lo que está tomando. Encienda las luces, póngase las gafas, muchos envases y medicamentos tienen formas y colores parecidos
 
4. Respete el horario de la toma de la medicación, si olvida alguna, es mejor que espere a la próxima. Nunca tome una dosis doble.
 
5. No parta, abra o triture ningún comprimido o cápsula sin asegurarse antes que sea posible hacerlo con ese medicamento, según las instrucciones del prospecto.
 
6. Para tomar los medicamentos líquidos, utilice únicamente la cuchara o el dosificador incluidos en el empaque, pueden producirse errores en la dosis si utiliza otros dispositivos.
 
7. No conserve los medicamentos en la cocina, el baño o en lugares expuestos directamente a la luz, el calor, la humedad y la luz pueden afectar a la potencia y seguridad.
 
8. Mantenga los medicamentos separados de los que utilizan otros miembros de familia y/o de los que administra a sus mascotas.
 
9. Mantenga los medicamentos se parados de los productos de limpieza para el hogar.
 
10. No guarde medicamentos en forma de crema o pomada junto a sus productos de higiene personal. 

Actividad Física: Indicaciones Básicas

 
La práctica regular de ejercicio físico es un componente fundamental de cualquier programa de mantenimiento de la salud, especialmente en individuos con sobrepeso, y, en la prevención de la aparición de trastornos metabólicos asociados ya que garantiza el mantenimiento a largo plazo de la pérdida de peso, mejora la sensibilidad a la insulina, estabiliza las cifras de azúcar en sangre y reduce algunos factores de riesgo cardiovascular.

Entre las consideraciones que deben ser tenidas en cuenta para el desarrollo de un programa de ejercicio físico se incluyen la elección de actividades bajo supervisión médica, el establecimiento de rutinas horarias, la realización de calentamiento previo y relajación final para evitar traumatismos o lesiones y la correspondencia con las posibilidades individuales, el inicio lento y el aumento progresivo en intensidad y duración, siendo recomendable alcanzar un promedio de 30 a 45 minutos de actividad aeróbica moderada de tres a cinco días en la semana.

Alimentación Saludable


Algunas recomendaciones para una nutrición saludable en las personas mayores incluyen:

-   Consumir lácteos descremados, los cuales mantienen las propiedades alimenticias de la leche pero, al tener cantidades muy pequeñas de crema, no provocan aumento del colesterol.  

-   Privilegiar  el consumo de margarina (de origen vegetal) sobre el de manteca (de origen animal) y el de aceites vegetales (soya, girasol, canola). 

-  Limitar el consumo de yema de huevo, rica en colesterol, especialmente en presencia de factores de riesgo cardiovascular y metabólico. 

- Restringir el consumo de carne roja a dos veces por semana, incluyendo carne magra que contiene menos grasa saturada y colesterol. 

-  Evitar el consumo de la piel del pollo y la grasa visible acumulada en algunas de las partes del mismo.

-  Incrementar el consumo de pescado de mar, el cual contiene menos grasa que el pescado de río. 

-  Disminuir o eliminar de la dieta los embutidos (salchichas, jamones, mortadela, entre otros) que contienen cantidades elevadas de colesterol y sal. 

-  Incrementar el consumo de vegetales, incluyendo legumbres (soja, garbanzos, porotos, habas, lentejas, arvejas), fuente excelente de proteínas y verduras de hoja (lechuga, espinaca, berro, acelga), fuente de fibra y vitaminas. 

-  Aumentar el consumo de frutas, crudas o cocidas, preferiblemente con cáscara, así como el de jugo o zumo de frutas, preparado al natural. 

-  Moderar el consumo de dulces y harinas, conservando un aporte adecuado de los mismos de acuerdo con la condición individual de salud. Evitar el uso frecuente de gaseosas y bebidas carbonatadas artificiales. 

-  Los condimentos naturales (albahaca, laurel, orégano, romero, perejil, salvia, pimentón y otros) pueden ser consumidos sin inconveniente. 

-  El consumo excesivo de sal puede generar un factor de riesgo adicional en hipertensos, por lo que se recomienda reducir la cantidad o utilizar sal con bajo contenido de sodio.

Autocuidado Respiratorio


Con el paso de los años, la función respiratoria de las personas disminuye de forma progresiva, generándose algún grado de dificultad y una mayor vulnerabilidad frente a las infecciones. 

Algunas recomendaciones prácticas para mantener la función respiratoria y evitar las infecciones: 

§  Mantenga un buen consumo de líquidos (1.5 litros es una cantidad adecuada en la mayor parte de las personas). 

§  Manténgase en una postura que favorezca la respiración y de ser posible cambie con frecuencia de posición.

§  Realice la eliminación frecuente de las secreciones nasales y orales.

§  Vacúnese contra las infecciones respiratorias. 

§  Evite los cambios bruscos de temperatura y la exposición a humo de cigarrillo, vapores y olores fuertes.

§  Evite el contacto directo con personas afectadas por Infección Respiratoria Aguda.

§  Si tiene prescritos inhaladores u oxígeno, utilícelos en la forma que le fueron indicados por el médico. 

§  Aumente el consumo de Zinc y Vitamina C. 

§  En caso necesario, realice ejercicios respiratorios y terapia respiratoria, de acuerdo con la prescripción del médico de cabecera. 

§  Consulte al médico en forma temprana ante la aparición de manifestaciones de infección y/o dificultad respiratoria.

§  Consulte al terapeuta respiratorio en caso de duda o inquietud respecto a estas indicaciones.

Autocuidado


El instinto de conservación es uno de los instintos más fuertes del hombre. El autocuidado se fundamenta en esta condición innata de los seres vivos, sin embargo, las acciones desarrolladas en forma consciente con el objetivo de cuidar la salud requieren del aprendizaje.

En esa línea, el autocuidado se enmarca en la cultura, estando determinado por los hábitos, las costumbres, las creencias, las tradiciones, las costumbres, las  creencias y los comportamientos habituales de la persona, la familia y la comunidad a la que pertenecen, así como las acciones y prácticas positivas de salud en torno a la adopción de estilos de vida saludables.

A través del tiempo, la preocupación por la salud y el autocuidado, ha tenido diferentes enfoques, derivadas de los modelos de salud predominantes, representando hoy en día una estrategia privilegiada por las instancias que establecen los lineamientos y la normativa que enmarcan la prestación de servicios de salud.

A partir de lo anterior, en los últimos años se han adoptado algunas alternativas al respecto:

1. Promover la responsabilidad del individuo en el cuidado de su estado de salud.

2. Integrar a la familia y a la comunidad en el cuidado de la salud personal.

3. Priorizar en las políticas públicas las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

4. Comprometer a los profesionales de la salud en el desarrollo de actividades de fomento de la salud.

Según la Organización Panamericana de la Salud, el autocuidado incluye todas las acciones y decisiones que adopta una persona para prevenir y tratar su propia enfermedad, en otras palabras, todo comportamiento personal dedicado a mantener y mejorar la salud y en la decisión de utilizar los sistemas formales e informales de salud.

Para otros autores, el autocuidado se fundamenta en la práctica de actividades que una persona inicia y realiza por su propia voluntad para mantener la vida, la salud y el bienestar.

El autocuidado incluye acciones de tipo:

1. Universal. Orientado a suplir las necesidades básicas del individuo, entre las que se encuentran:
a. Acciones de salud personal

    - Higiene corporal
    - Alimentación saludable.
    - Actividad física.
    - Monitoreo de signos de alarma.

b. Acciones de salud mental

     - Fomento de la vida afectiva.
     - Fomento de las prácticas sociales y culturales.
     - Soporte frente al estrés.
     - Mejoramiento de la comunicación.
     - Promoción de la recreación y el deporte.

c.  Acciones medioambientales

     - Calidad de la vivienda.
     - Servicios básicos.
     - Eliminación de barreras arquitectónicas
     - Normas de seguridad.

2. Específico: basado en el estado actual de la persona y enfocado a la condición médica del individuo, incluyendo:

a. Enfermedad Aguda:

     - Identificar síntomas y signos en forma oportuna.
     - Mantenimiento de las funciones vitales.
     - Consulta oportuna a los servicios de salud.
     - Adherencia al tratamiento.

b. Enfermedad crónica

     - Identificar síntomas y signos en forma oportuna.
     - Consulta oportuna a los servicios de salud.
     - Conciencia personal frente al diagnóstico.
     - Revisión del estilo de vida.
     - Fortalecer redes de apoyo familiar y social.

     - Educación en salud.