Algunas recomendaciones para una nutrición saludable en las personas mayores incluyen:
- Consumir lácteos descremados,
los cuales mantienen las propiedades alimenticias de la leche pero, al tener
cantidades muy pequeñas de crema, no provocan aumento del colesterol.
- Privilegiar el consumo de
margarina (de origen vegetal) sobre el de manteca (de origen animal) y el de
aceites vegetales (soya, girasol, canola).
- Limitar el consumo de yema de huevo, rica en colesterol, especialmente
en presencia de factores de riesgo cardiovascular y metabólico.
- Restringir el consumo de carne roja a dos veces por semana, incluyendo
carne magra que contiene menos grasa saturada y colesterol.
- Evitar el consumo de la piel del pollo y la grasa visible acumulada en
algunas de las partes del mismo.
- Incrementar el consumo de pescado de mar, el cual contiene menos grasa
que el pescado de río.
- Disminuir o eliminar de la dieta los embutidos (salchichas, jamones,
mortadela, entre otros) que contienen cantidades elevadas de colesterol y sal.
- Incrementar el consumo de vegetales, incluyendo legumbres (soja, garbanzos, porotos, habas, lentejas, arvejas),
fuente excelente de proteínas y verduras de hoja (lechuga, espinaca, berro,
acelga), fuente de fibra y vitaminas.
- Aumentar el consumo de frutas, crudas o cocidas, preferiblemente con
cáscara, así como el de jugo o zumo de frutas, preparado al natural.
- Moderar el consumo de dulces y harinas, conservando un aporte adecuado
de los mismos de acuerdo con la condición individual de salud. Evitar el uso
frecuente de gaseosas y bebidas carbonatadas artificiales.
- Los condimentos naturales (albahaca, laurel, orégano, romero, perejil,
salvia, pimentón y otros) pueden ser consumidos sin inconveniente.
- El consumo excesivo de sal puede generar un factor de riesgo adicional
en hipertensos, por lo que se recomienda reducir la cantidad o utilizar sal con
bajo contenido de sodio.